-Buen día doctor, le traje a mi marido como habíamos quedado- le dijo mi tía algo nerviosa al siquiatra. El tipo me miró pensando que el marido era yo así que me apuré a aclararle:
– Yo soy el sobrino señor. El marido –o sea mi tío- está en la sala de espera…y si quiere un consejo, no se demore mucho en atenderlo porque yo no me hago cargo de lo que esté haciendo.
-No se haga problema jovencito, hace muchos años que me dedico a esto ¿está medicado en este momento?
-No -dijo mi tía- la pastilla le toca en un par de horas.
-Cuéntenme por favor qué cosas raras ha hecho últimamente- nos dijo el siquiatra con una voz que transmitía seguridad.
La crónica seleccionada se encuentra incluida en el segundo libro de Marciano Durán, «Marcianitis Crónica»