Yo soy igual…igual… a mucha gente.
Definitivamente distinto a los demás.
El tren me queda bien, ni grande ni pequeño,
y me sobra el avión, me sobra de acá arriba.
Entre alonsanfant y Tiranos Temblad…escojo hacer temblar.
Yo soy igual…igual… a mucha gente.
Definitivamente distinto a los demás.
El tren me queda bien, ni grande ni pequeño,
y me sobra el avión, me sobra de acá arriba.
Entre alonsanfant y Tiranos Temblad…escojo hacer temblar.
Estoy del lado del humo de las hojas que queman en mi barrio,
y escapo del inmundo mundo de los caños de escape.
Prefiero golpearle la puerta a mi vecino,
que chatear, que llamar por teléfono o enviar un imeil.
Me sigo quedando con el beso robado un domingo a mi vieja ,
al autógrafo absurdo del famoso fulano que no sabe quien soy.
Me quedo con el césped a la mejor moquete,
con las túnicas blancas y las moñas azules al colegio francés.
Un asado a las brasas al champán con caviar,
el mostrador de estaño al del Republic Bank.
Siento a Obdulio Varela como no siento al Diego.
Prefiero mi primera maestra a mi último ministro.
Me anoto con aquellos que optaron por el indio,
me aparto de devotos del descortés Cortéz.
Me quedo en las veredas de rayuelas y trompos,
no entiendo de nintendos.
Prefiero la llamada -chillona y pretendiente- del grillo enamorado
al timbre entrometido, intruso, impertinente del fatal celular.
Me duermen los best seller, Galeano me despierta.
Elijo trotar lento al gimnasio mejor,
cualquier madera al plástico, un libro a la TV.
Me quedo con el río riéndole a los sauces
a la pulcra y prolija piscina de hormigón.
Definitivamente elijo…
una número cinco a una globa ovalada,
una chata al esquei,
el malo del correcaminos
al bueno de Pockemon,
los gallos a los despertadores,
las libélulas a los helicópteros,
las flores a las colonias floridas,
las alpargatas a las corbatas,
los bastones a las espadas,
el peor tinto al mejor porro.
En definitiva…
Me quedo con aquellos que eligen sus caminos.
(que eligen bien o mal)
me quedo con aquellos que aun conservan
la añeja y prodigiosa facultad de optar .
Descarto a todos esos que permiten
que en nombre del capricho colectivo
decidan sus destinos.
Elijo a los que eligen.