Dicen los sicólogos que cuando uno empieza diciendo “mirá, no te voy a decir que…”, es porque lo vas a decir. Negación.
Si arrancás diciendo “mirá, no te voy a decir que mi mujer sea insegura”…. ‘tá macho, lo dijiste, no aclares que oscurece. Eso era exactamente lo que querías decir.
Yo no voy a decir que antes vivíamos mejor sin tantas compras.
Lo que digo es que a veces se me ocurren ideas raras, como que un día todos estábamos tranquilos, regando la quinta, durmiendo la siesta, volviendo temprano del trabajo, jugando con los gurises o conversando con el almacenero y vino un tipo y nos vendió una heladera.
En realidad nos vendió la felicidad.
Nos dijo que si nos quedábamos con la Westinghouse blanquita o la Ferrosmalt verde agua íbamos a ser los más felices del barrio.
Y funcionó.
La crónica seleccionada se encuentra incluida en el segundo libro de Marciano Durán, «Marcianitis Crónica»