-Por fin llegaste Mauricio ¿viste la hora qué es? Saliste a las 8 de la mañana, mirá el reloj.
-¡Uhh!! ¿6.09 ya?
-¡Qué 609 ni 609, son las cuatro de la mañana, me tenés po-dri-da! Mañana me voy a la casa de mamá, hace un mes que no nos vemos, tus hijos ya ni se acuerdan de tu cara. ¿Y todo por qué? Porque el señor quiere más y más plata. ¡Ya está! Aflojale Mauricio. Ya sé lo que me vas a contestar, que la zafra es ahora, que sos locutor profesional, que tenés que aprovechar para grabar los avisos de la tele, las radios, los parlantes y que sé yo, pero… ¿sabés una cosa? ¡Me voy, Mauricio, me voy! ¡No aguanto más esta vida! ¡Nunca una alegría!
-No te vayas, se acerca la hora de cambiar. Dale una oportunidad al cambio.
-Estás loco, completamente loco. ¿Sabés cuánto hace que no entramos al cuarto secreto?
-¿2121 días?
La crónica seleccionada se encuentra incluida en el segundo libro de Marciano Durán, «Marcianitis Crónica»